Presentación de la vigesiomotercera edición del Diccionario de la Lengua Española

El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, presentó en Nueva York el nuevo Diccionario de la Lengua Española, que contiene 19.000 americanismos, entre ellos términos tan expresivos como amigovio, platicón y papichulo, como también, por primera vez, estadounidismos, términos característicos del español de Estados Unidos.

“Este Diccionario ya no es el de la Real Academia Española sino el de todas las 22 academias de la lengua, entre ellas la de Estados Unidos”, afirmó Villanueva el jueves 27, antes de viajar a Chicago y Boston en días sucesivos para presentar la vigesimotercera edición de la obra con más de 93.000 palabras y 200.000 acepciones. Como parte de la presentación en el Instituto Cervantes, el director de la RAE mantuvo un animado diálogo con el director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), Gerardo Piña-Rosales.

Villanueva anunció dos novedades durante el acto que abrió el director del Cervantes, Ignacio Olmos: la inminente creación de la primera academia en el único país del África que tiene el español como idioma oficial –Guinea Ecuatorial–, y su iniciativa de que en el futuro se funde otra academia en Israel para el judeo-español o ladino.

“El español es una lengua global extendida por cuatro continentes y hablada por más de 500 millones de personas”, afirmó. “Es muy importante la tarea de las academias y de la Asociación de Academias de la Lengua (ASALE). Tenemos que preservar la unidad del idioma. Pero unidad no significa uniformidad”.

En una muestra de que la academia de España y la ASALE se han adaptado a los tiempos que corren, Villanueva anticipó que el Diccionario, cuya versión digital puede consultarse gratuitamente en el portal de la RAE, pronto se podrá consultar también en los teléfonos multiusos y las tabletas. Asimismo, puesto que “el ámbito digital es muy versátil”, la versión digital empezará a incluir más términos que los que trae el Diccionario debido a la limitación de espacio de este en las matrices tipográficas.

“El español es una lengua hablada por todo un continente”, destacó el director de la RAE, al señalar que se puede recorrer casi toda América hablando un solo idioma, incluso hasta en Estados Unidos, una nación con 50 millones de hispanos. Y resaltó que en este país “hay hispanos que están recuperando el español. Hay un crecimiento de la valoración del español, que ya no es considerado un estigma como en el pasado; ahora se le reconoce como un valor”.

Pero Villanueva advirtió que lo que le espera a nuestro idioma “no es precisamente un futuro de vino y rosas, ya que las lenguas son organismos vivos que pueden avanzar o retroceder. El lenguaje es una facultad prodigiosa que tenemos. Se plasma en una dimensión individual y en un código colectivo que es descodificado y entendido por los demás”.

Por su parte el director de la ANLE, Piña-Rosales, saludó la aparición del Diccionario como “una fiesta de las palabras” y afirmó que para los hispanohablantes en Estados Unidos “no es importante que nos cuenten sino que contemos”. Asimismo aclaró que los estadounidismos incluidos por primera vez en el Diccionario “no equivalen al espanglish”. Después se trenzó en un vivo diálogo con el director de la Real Academia Española en el que Piña-Rosales dijo que adoptaba la función de “abogado del diablo” sin escatimar críticas u objeciones planteadas con alguna frecuencia a las academias por gente ajena a las mismas, a las que Villanueva respondió y refutó de forma contundente”.

“Cada vez que sale el Diccionario somos objeto de críticas; nosotros somos los pararrayos que recibimos todas las críticas”, afirmó Villanueva. Pero frente a las presiones de distintos grupos y organizaciones que pretenden modificar o suavizar términos que consideran objetables u ofensivos, aseguró que “nunca vamos a hacer un Diccionario políticamente correcto”. El uso impone los términos que se incluyen en el Diccionario, agregó. “Las palabras en sí no son buenas ni malas, sino quienes las usan y cómo las usan. “El lexicógrafo no es culpable de las palabras; recoge notarialmente lo que se dijo. Culpar al lexicógrafo es confundir el mensaje con el mensajero”.

“El Diccionario no tiene ideología”, agregó el director de la RAE. “Lo que tiene ideología son las palabras que aparecen, y eso no significa que el Diccionario las aconseje. Las palabras simplemente existen”.

Ignacio Olmos, director del Instituto Cervantes en Nueva York, afirmó que el español es la lengua que comparten 21 países y que la defensa del español requiere “asegurar los espacios donde funciona como primera lengua y ampliar los espacios donde no es primera lengua”, tarea esta última a la que contribuye el Cervantes con su cadena de institutos en numerosos países.

Nubia Macías, directora del Grupo Planeta de México, aclaró que el Diccionario, que calificó de “pura riqueza”, fue publicado por Espasa, que pertenece a Planeta. Afirmó que el nuevo volumen “incluye palabras de México, Guatemala, Filipinas; es una garantía de que nuestra lengua está viva y se renueva todos los días. Para nosotros es un orgullo ser ‘cómplices’ de esta presentación”.

Jorge Ignacio Covarrubias, secretario general de la Academia Norteamericana, presentó interesantes datos del censo de Estados Unidos según los cuales en la primera década del siglo los hispanos crecieron a un ritmo nueve veces superior que los no hispanos, y que el elevado porcentaje de juventud representada entre los hispanos permite anticipar que los hispanos, que representan un 17% del total de población estadounidense, llegarán a representar el 25% para el año 2050.