Presentación del libro “Hablando bien se entiende la gente 3”

En una multitudinaria reunión virtual y con el patrocinio de la editorial Velázquez Press de California, la ANLE presentó el miércoles 5 de mayo esta tercera obra de la serie.

Por parte del patrocinador hablaron el gerente general de Dual Languages Schools Organization, Arthur Chou, y Jonathan Ruiz, director de desarrollo de negocios, quienes destacaron el lanzamiento del tercer volumen de la serie de consejos idiomáticos, con ilustraciones, elaborados por un equipo de miembros de la ANLE. Casi un centenar de interesados participó en el evento realizado el miércoles 5 de mayo.

El moderador del acto y exdirector de la ANLE, Gerardo Piña Rosales, afirmó que “cuando decimos hablar bien (del título), no hay que ver en el adverbio la intención de denostar a nadie). Lo entendemos de una manera muy sencilla. Me explico. Cada habla como le da la real gana. Y ni yo, ni nosotros, ni nadie dice que eso está mal dicho. Pero una cosa es la lengua popular –la que hablamos en la calle, con los amigos y la familia– y otra el español culto, que sigue unas normas establecidas (al menos hasta el momento). Nosotros hemos tenido la suerte de recibir una educación esmerada. No es otra cosa lo que queremos para estos jóvenes hispanos que quieren mejorar su español”.

Por su parte, el secretario de la Academia Norteamericana, Alister Ramírez Márquez, aclaró que “mis estudiantes son de herencia, de origen caribeño, mexicano y latinoamericano. El español para ellos es un instrumento útil e imprescindible de trabajo, ya que están vinculados en Nueva York a la industria hotelera, comida, bancaria, hospitalaria, áreas de la salud, entre otras. Hablando bien se entiende la gente es un libro que les da la oportunidad de mejorar su español, ya que quieren comunicarse con sus clientes y las comunidades en un español estándar. El libro es fácil de leer, entender y enseñar. Además posee una gran variedad de vocabulario, ya que recoge las voces hispanounidenses y otras hispanoamericanas”.

“Nuestra intención es simple y llanamente la de aconsejar, y no la imponer en lo absoluto”, enfatizó el coeditor del libro y coordinador de información de la ANLE, Daniel Fernández. “Que yo sepa, en la ANLE nadie cree en la censura. En cuanto a mí se refiere, les diré que creo completamente en la libertad y en que cada quien tiene el derecho de expresarse como quiera hacerlo en función de sus preferencias y necesidades personales. Al hilo de lo dicho, creo pues, que un libro como este que presentamos hoy aquí, que es un compendio de consejos sobre el uso del idioma español, es en realidad lo más democrático que pueda existir. Si al abrirlo, tus ojos te llevan a un consejo que crees aprovechable, pues lo aprovechas; o si te sucede lo contrario y no te gusta o convence un consejo, pues simplemente lo pasas por alto y sigues a la siguiente página”.

Porfirio Rodríguez, miembro correspondiente y director de la Comisión de Educación de la ANLE, comentó: “Trabajo con jóvenes recién llegados a los Estados Unidos de Guatemala, el Salvador, Ecuador, La República Dominicana y otros países y los resultados de la enseñanza de los libros de esta serie han sido muy positivos al nivel secundario. A los estudiantes les encanta la forma cómica y sencilla de comunicarnos, sin un lenguaje rebuscado ni selectivo, sino más bien a la altura de un público general”.

“Este libro que aquí presentamos hoy se suma a los esfuerzos realizados por las instituciones académicas para fomentar, desarrollar, fortalecer, las habilidades lingüísticas y la competencia cultural de quien lo desee. Y es que, cuanto mayor es el conocimiento lingüístico y cultural, mayor es el conocimiento intelectual y personal”, comentó Nuria Morgado, jefa de gabinete de la ANLE. “Qué duda cabe que de esta manera se potencia asimismo la posibilidad de mejores oportunidades en el mercado laboral. Independientemente del lenguaje escogido para hablar en casa, en la playa, o en el bar, se hace necesaria la competencia lingüística y cultural para seguir abogando por el progreso y desarrollo laboral, intelectual y personal”.

“Creo que en el libro se refleja muy bien la heterogeneidad del equipo de la ANLE que trabajó en él, ya que participamos especialistas en distintas áreas, con puntos de vista e ideologías diferentes, provenientes de distintos países y con distintas variedades de habla, pero con un objetivo común: ayudar, mediante ciertas herramientas lingüísticas, al desarrollo y la inclusión de la comunidad latina en Estados Unidos”, aseguró la becaria Natalia Prunes. “En resumen, no se trata en absoluto de estigmatizar a los hispanos o hispanas por sus formas de hablar, sino, por el contrario, de orientar a quien lo necesite a adaptar sus usos lingüísticos a contextos que requieran registros no familiares o coloquiales”.