Fallecimiento de Manuel Durán Gili, Premio Nacional “Enrique Anderson Imbert” 2015 de la ANLE

Manuel Durán Gili, ganador del Premio Nacional “Enrique Anderson Imbert” que otorga anualmente la ANLE para reconocer la trayectoria de quienes han contribuido al conocimiento y difusión de la lengua y las culturas hispánicas en Estados Unidos, falleció en New Haven, Connecticut, a los noventa y cinco años, informaron sus familiares.

Manuel Durán, acompañado por Rolena Adorno y Roberto González Echevarría, en oportunidad del homenaje que sus colegas le ofrecieran con motivo de haber obtenido el Premio Nacional "Enrique Anderson Imbert!" 2015 (15 de septiembre de 2015, foto cortesía de Rolena Adorno)

Profesor emérito de la Universidad de Yale, autor, crítico literario, investigador y renovador de la poesía, recibió la edición 2015 del premio de la ANLE, una de las 23 academias de la lengua española en cuatro continentes. El aquella oportunidad el Jurado fundamentó su decisión en favor de Durán “Por su ejemplar fecundidad poética y ensayística, su trayectoria educativa como investigador, crítico y profesor universitario e impacto general en el mundo de las letras para el conocimiento y difusión del idioma y las culturas hispánicas en los Estados Unidos, además de constituir una vida ejemplar por su extraordinario esfuerzo de superación desde las condiciones más adversas”. Por su parte, Durán declaro entonces: “Agradable sorpresa es la noticia del premio que me otorga la ANLE. Por una parte es bien cierto que los que trabajamos en las escuelas y las Universidades no lo hacemos con el afán de enriquecernos, y tampoco vamos en busca de aplausos y honores. Nos atrae el contacto con los jóvenes, la posibilidad de influir en forma indirecta, casi misteriosamente, en el futuro de nuestros pueblos y nuestras culturas, y pagar la deuda que tenemos con los que fueron nuestros maestros. Y a su vez los que estudiaron con nosotros, por lo menos algunos de ellos, seguirán nuestros pasos. Esta continuidad, esta cadena, no se rompe; es, afortunadamente, eterna”.

El erudito polígrafo español, que vivió también en España y Estados Unidos, publicó una cincuentena de libros sobre Calderón, Cervantes, Fray Luis de León, Fuentes, Lorca, Machado, Neruda, Nervo, Paz, Quevedo y Valle Inclán, entre otros, además de unos 180 artículos sobre teoría, crítica literaria, literaturas comparadas, historia de la literatura y varias ediciones críticas. Entre sus últimos libros se destacan su Diario de un aprendiz de filósofo (2007), El viento del sol (2011) y Obra poética completa (México, 2013).

Nacido en Barcelona, España, hijo mayor del fiscal general de Cataluña, Durán se vio obligado a huir de niño con su familia a Francia en 1939 para evitar ser ejecutado por los fascistas bajo el mando del general Francisco Franco. Allí, después de una gran privación, la familia tuvo que escapar nuevamente cuando los alemanes ocuparon Francia en la Segunda Guerra Mundial. Luego de una breve estadía en un campo de detención del norte de África, la familia logró reservar un pasaje en una embarcación a México, donde fueron utilizados como cobertura por un submarino alemán y atacados por cargas de profundidad de la fuerza aérea británica que los perseguía.

Durante su adolescencia y juventud estudió derecho y literatura española en la Universidad Nacional de México (UNAM) y llegó a dominar varios idiomas. Esto le permitió trabajar para las Naciones Unidas en México como intérprete simultáneo. Allí conoció a Gloria Bradley, una estadounidense con quien se casó en 1949. Más tarde estudió en la Sorbona en París con una beca y luego obtuvo su doctorado en la Universidad de Princeton en 1953, con una tesis dirigida por el gran humanista, filólogo e historiador Américo Castro. Según recuerdan sus compañeros, fue el único en los anales de esa universidad que completó los requisitos para su doctorado dentro de un año académico.

Después de enseñar durante siete años en el Smith College de Northampton, Massachusetts, Durán fue designado profesor titular en la Universidad de Yale, donde enseñó literatura española (brillantemente, según sus estudiantes) hasta su retiro como jefe del Departamento de Español y Portugués en 1996. Solía viajar con frecuencia a México, al que considera su segunda patria. En su retiro, pasaba la mitad del año en Florida, frente a la bahía de Tampa, que recorría en su barco de vela. En su biblioteca privada puede verse la reproducción de un grabado de Goya, que es el autorretrato del gran artista disfrazado de Padre Tiempo, con una guadaña y un farol, y al pie un lema que Manuel Duran, a los 95 años, seguía haciendo suyo: “Aun aprendo”.

En 1967, junto con otros nueve críticos literarios procedentes de todo el mundo, fue invitado por el comité del Premio Noble Sueco a Estocolmo para discutir formas de mejorar el mecanismo de ese prestigioso galardón. Asimismo el rey español Juan Carlos I de España le impuso el grado de Comandante en la orden de la Reina Isabel la Católica en 1984.