La ANLE incorporó a Armando Chávez-Rivera

El destacado profesor, investigador, ensayista, periodista y editor Armando Chávez-Rivera se incorporó a la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), como académico de número el 17 de junio de 2022.

El destacado profesor, investigador, ensayista, periodista y editor Armando Chávez-Rivera se incorporó a la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), una de las 23 academias en cuatro continentes que sirven a casi 600 millones de hispanohablantes en todo el mundo, con presencia física en América, Europa, Asia y África.

La ceremonia de incorporación del nuevo numerario de la ANLE se realizó por vía telemática con el discurso titulado: “Memorias y bocetos de la nación: los primeros proyectos de diccionarios en Cuba”. La presentación se centró en algunas obras fundamentales del repertorio lexicográfico de la isla. “Esas obras extraviadas, olvidadas y por fin recuperadas dan fe del proceso mediante el cual se forma una nación. Nos muestran cómo Cuba trató de crear libros sobre sí y colocarlos en el concierto bibliográfico del mundo. En especial, esos manuscritos habaneros, con notas y correcciones en diferentes tintas y caligrafías, revelan una pasión por los diccionarios que se adelanta al surgimiento de un corpus de obras narrativas y poéticas de la isla. Esos folios constituyen el acta de nacimiento de voces que son entrañablemente cubanas y de otras que ya están en boca de todos”, afirmó.

Asimismo, el flamante numerario presentó un recorrido por cincuenta años de historia que llega hasta el manuscrito de José del Castillo “Provincialismos de la Isla de Cuba”, diccionario que tuvo como fecha de impresión prevista el año 1832, pero quedó inédito debido a las tensiones entre liberales y simpatizantes del gobierno. “Mi discurso guarda sintonía con investigaciones de las últimas dos décadas en cuanto a rescatar obras poco conocidas que contribuyeron a los orígenes de la actividad lexicográfica en Hispanoamérica”, sostuvo. “Ejecutadas al amparo de una élite, algunas de esas obras se valieron de la reconstrucción del pasado y la representación selectiva del presente para fijar contenidos que serían propagados como objetivos y casi infalibles, aunque llevaban la impronta de intereses políticos, económicos y comerciales concretos”.

También subrayó que “los esfuerzos previos a Pichardo no fueron en vano. El cuaderno de Castillo enriqueció el diccionario de 1831 y, este a su vez, el Nuevo diccionario de la lengua castellana, publicado en Francia en 1846 por Vicente Salvá (1786-1849) en su intento de hacer una edición corregida y enriquecida del diccionario de la RAE de 1843. Artículos lexicográficos bosquejados por Castillo en la década de 1820 llegaron a ese diccionario de Salvá e incluso fueron reproducidos luego en otros diccionarios hechos en Europa”.

Maricel Mayor Marsán, académica de número y presidenta de la delegación de la ANLE en la Florida, destacó la figura del numerario: “considerado como uno de los hispanistas más serios y respetados de su generación, una ‘autoridad’ como investigador en el área lexicográfica del idioma español y en el área literaria de la herencia cultural hispana, tanto en Cuba como en los Estados Unidos. En esta ocasión, Armando Chávez Rivera, se presenta ante ustedes con información histórica inédita para darnos su discurso de aceptación del título de académico de número de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y, por consiguiente, el de académico correspondiente de la Real Academia Española”.

Por su parte, la contestación estuvo a cargo de la académica María Rosario Quintana, quien elogió la importancia de la reciente edición (2021) del Diccionario de provincialismos de la Isla de Cuba (1831) llevada a cabo por Armando Chávez-Rivera, “quien tuvo a bien embarcarse en la notable labor de rescate y estudio del manuscrito, el cual había permanecido inédito y se había dado por perdido durante más de un siglo. Esta obra se presenta indispensable debido a que hace repensar el orden histórico en el que se venía entendiendo la historia de la lexicografía regional hispanoamericana. Como bien explica el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua (ASALE) Francisco Javier Pérez en su prólogo a la edición de este repertorio léxico, “adelanta la data crono-bibliográfica de la lexicografía hispanoamericana por regiones, mostrando como evidencia, no un dato histórico vacío, sino la obra misma sobre la que ese dato se asienta. Es aquí en donde radica uno de los méritos indiscutibles del rescate y estudio que ha completado el profesor Chávez Rivera”. Por su parte, el editor aporta información muy relevante en el preámbulo de su estudio introductorio, haciendo constar que de haberse llevado a la impresión el manuscrito en 1832, hubiera sido el primer repertorio publicado sobre voces de uso común en Cuba. “Sin embargo, dicho lugar se le otorgó al Diccionario provincial de voces cubanas (1836), del geógrafo y topógrafo Esteban Pichardo, considerado como la obra inaugural de la lexicografía regional de Hispanoamérica. Podemos afirmar que un abundante número de estudiosos han alabado la significativa contribución de este diccionario, y con sólidas razones”.

Licenciado en Periodismo de la Universidad de La Habana, una maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata y una maestría en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Nuevo México en Las Cruces, Armando Chávez Rivera se doctoró en Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Arizona, Tucson. Posteriormente, en la primavera de 2017, obtuvo una maestría de la Escuela de Lexicografía Hispánica, prestigioso programa de estudios creado por la Asociación de Academias de la Lengua Española y la Real Academia Española, en coordinación con la Universidad de León en España. Fue distinguido como académico residente en el Centro John W. Kluge de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos en Washington, D.C. para realizar investigaciones hasta julio de 2019.

Ha sido profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana (Cuba). Catedrático y exdirector del Programa de Español de la Universidad de Houston en Victoria, Texas. En Cuba, trabajó como periodista, editor y colaborador para agencias de prensa y revistas culturales y literarias cubanas en la última década del siglo XX, tales como Extramuros, La Gaceta de Cuba, Habanera, Opus Habana, Unión y Casa de las Américas, entre otras. Sus artículos, crónicas y reportajes de esa época también aparecieron en medios hispanoamericanos, como El Magazín Dominical del diario El Espectador (Colombia), el periódico Excelsior y la revista Proceso (México).

Desde mediados de la década de 1990 ejerció el periodismo cultural durante sus viajes por América Latina y los años de residencia permanente en Buenos Aires, donde participó con sus artículos literarios en revistas de la región, tales como Rocinante (Santiago de Chile), Integrar (La Plata, Argentina) y Horizontes (Puerto Rico), entre muchas otras, a la vez que trabajó para las agencias de información Prensa Latina y France Press.