Reelección de la Directiva de la ANLE

Encabezada por el director Gerardo Piña-Rosales, la Junta Directiva de la ANLE fue reelegida por votación de los miembros numerarios para un nuevo período de cinco años.

Además del director, fueron reelegidos en sus cargos el secretario general Jorge Ignacio Covarrubias, el coordinador de información Daniel Fernández, el tesorero Emilio Bernal Labrada y el director del Boletín Eugenio Chang-Rodríguez.

Carlos E. Paldao, que se desempeñaba como bibliotecario, fue elegido censor, cargo que había quedado vacante por el fallecimiento de Joaquín Segura. Eduardo Lolo se incorporó a la Directiva como bibliotecario.

“Por primera vez en muchísimos años la votación de los miembros numerarios para la nueva directiva de la ANLE ha sido abrumadora o mejor dicho (y está mal que lo diga yo, pero lo digo), arrolladora”, comentó Piña Rosales. “Desde luego se trata de un voto de confianza a quienes tratamos de llevar a buen puerto los cometidos de la ANLE”, agregó el director. “Pero no podemos dormirnos en los laureles: nos esperan un buen número de proyectos, algunos en marcha, otros en embrión”.

Por su parte Paldao comentó que su nueva función como censor “es una responsabilidad importante, no solo para colaborar en planes, proyectos y actividades, sino también velar para cumplir los fines y metas de nuestra corporación en los Estados Unidos al igual que en el ámbito de la asociación de academias. Tengo la convicción que esta nueva gestión contribuirá a la consolidación y expansión de nuestra presencia en el escenario panhispánico”.

Lolo, que preside la Comisión de Bibliografía y Hemerotecnia, anticipó que trabajará “por el establecimiento de acuerdos con otras instituciones análogas importantes como bibliotecas públicas o educativas, que puedan catalogar y ofrecer nuestras publicaciones a profesores, estudiantes y al público en general”. En el ámbito internacional, Lolo agregó que va a explorar la posibilidad de hacer contacto con sus homólogos de los demás países “a fin de intercambiar experiencias y explorar la posibilidad de incorporar nuestras publicaciones en las bibliotecas nacionales del resto del mundo hispano y propiciar la recepción de las ediciones de las otras academias de la lengua con el objetivo de que sean accesibles a nuestros miembros”.