- ¡Abajo el “glamour”!
No es otra cosa, amigos, que ridícula imitación del inglés… y para colmo, ¡lo pronuncian mal! Para mayor precisión, conforme a la fonética inglesa —que, eso sí, en este caso podemos perfecta y correctamente imitar— la enunciación es “glámor” y no “glamúr”—, errónea acentuación aguda de quienes piensan que es de origen francés (por si poco fuera, es curioso que el diccionario Larousse califica la voz, usada entre los galos, de anglicisme).
- Trucología política
Siguiendo los tortuosos senderos de la política, tan llena de trucos, nada tenemos que envidiarle a otros países. Los políticos profesionales siguen mintiendo como si nosotros no nos diéramos cuenta. Mienten hasta cuando no es necesario, a fin de no perder la práctica. No han caído en la cuenta de que mentir menos es respetar más.
- Terminología electoral
Ahora que viene el hiperbólico período político en que nos toca votar —¿será “botar, con B de burro”?— recordemos el apotegma que reza: Los políticos caben en dos categorías: malos y peores.
- Excusas sin pretextos… Ni disculpas
¿Desde cuándo se dan tantas EXCUSAS? Pues desde que se copia el cognado inglés excuse, sin ningún PRETEXTO.
- Fracasos de la publicidad hispana
Citaremos sólo algunas de las grandes empresas cuya publicidad defrauda al idioma español y propaga su empleo vicioso.
- El “baile” de lo “disponible”
Nos dicen las empresas comerciales, en sus mensajes telefónicos —por lo general impersonalmente grabados—, que sus «representantes están disponibles» para responder a preguntas. Lo siento, pero estoy INDISPUESTO a aceptar tanta “disponibilidad”, que es, por cierto, lastimosa imitación de “availability”.
- El español hispanounidense
Bien claro lo ha dicho don Darío Villanueva, quien fuera Director de la Real Academia Española: “El español es imparable en Estados Unidos”. Así lo demuestran los órganos de prensa hispanos de Estados Unidos, como parte del pujante periodismo en la lengua de Cervantes.
- Problemas de “Toma y DACA”
Nos referimos, queridos lectores, al abuso que se pretende cometer con los infortunados jóvenes que vinieron, de niños, con sus padres a este país. Claramente, en aras del castizo refrán, hay en este caso “toma” pero se pretende, con repudiable intención, retirar la “daca”.
- El mal “negocio” de business
Es curioso que, en un plano puramente (im)práctico, los presentadores y comentaristas insistan (para variar), en hacer gala de su habilidad traductora. Tratándose de las actividades del Servicio Postal, por ejemplo, nos dicen que esta oficina gubernamental va a cambiar “su manera de hacer negocios”.
- “Anticipos”, “prospectos” y “muros”
Si algo llega por anticipado, significa que ocurre antes de lo que pudiera esperarse, por adelantado. Se anticipa el pago de una deuda, por ejemplo, o se da una información antes de lo previsto. Pero, ¡ojo!, no corresponde al anticipar (“to anticipate”) en el sentido del inglés, es decir, como equivalente de expectativa.
- El espíritu del idioma está en el aire
Sí, señores. Así como lo oyen. Es decir, como lo oyen diariamente por la radio y la televisión. Claro, hablamos en doble sentido. Pero, ¡ojo!, es un doble sentido casto —más que casto, castizo—, pues no vamos a caer en el mal gusto de cierto novelista de fama internacional —que ya pasó a la historia y que proponía “jubilar la gramática”—, cuyo nombre callaremos puesto que ya le han hecho suficientes reverencias.
- Compensaciones del “espíritu”
Los presentadores de las noticias vespertinas comentan que es desproporcionado el número de hispanos que sufren discriminación o desventajas en su centro de trabajo y, peor aun, muchos carecen de “seguro de compensación”. Por la experiencia adquirida en largo trecho en el campo del lingüismo, nos empeñamos en descifrar tan enigmático término y, al hacer la retrotraducción, nos llevamos una sorpresa.
- Juicio político no, psiquiátrico
Lamento decirles, queridos lectores, que el Congreso va a perder su tiempo enjuiciando al presidente. Lo que necesita él no es una condena sino un psiquiatra.
- “Tiempo” de “AIS” (ICE)
No sabemos con precisión cuándo surgió este disparate acronómico, pero ya es hora de que nuestros amigos de la prensa hispana lo supriman, puesto que no es apto ni para nuestro idioma, ni para nuestra cultura, ni, obviamente, para el bienestar de nuestra etnia (en más de un sentido).
- “Amenaza para la seguridad”
Sí, estimados lectores. Así como lo leen. Cuando la propia seguridad está amenazada, la situación es gravísima. Pero así lo copian del inglés (safety hazard) nuestros amigos los encargados de la redacción noticiera televisiva, radial y periodística.
- Casualidades y causalidades
No hablo, claro, de lo que algún corresponsal espanglohablante ha calificado de “casualidades de guerra” (casualties, en buen castellano, equivale a bajas), sino de esas casualidades errabundas que ocurren no tanto de manera imprevista —casi a despropósito, digamos—, sino por la desidia o despreocupación de quienes son, presuntamente, profesionales de la noticia.
- Aspectos “sospechosos” y “diurnos”
El inglés tiene la tendencia —digamos, por el temor a veces exagerado a litigios— a calificar de “presunto” o “sospechoso” al involucrado en un delito o hecho enjuiciable, tratándose incluso de acusados o de víctimas.
- ¡So copiones!
So bestia, piensa bien lo que dices! No, no, estimado lector. Es claro que no me dirijo a usted. Es tan solo un ejemplo del empleo correcto del SO. Porque, lógicamente, el ¡so! dirigido a la bestia, al caballo, a la mula, le ordena detenerse. ¿No es así? (Otra cosa es que la bestia obedezca.)
- “No trespasar”
Está claro, ¿no? Quiere decir que no pueden pasar tres. Pero… ¿dos, cuatro?
- “Esto es”: copia hispana de la redacción anglo
Esto no es un artículo, propiamente. Esto es una demostración. Esto es un estilo que no se justifica. Esto ya se está poniendo monótono.