El mal “negocio” de business

Es curioso que, en un plano puramente (im)práctico, los presentadores y comentaristas insistan (para variar), en hacer gala de su habilidad traductora. Tratándose de las actividades del Servicio Postal, por ejemplo, nos dicen que esta oficina gubernamental va a cambiar “su manera de hacer negocios”.

Si bien es cierto que tal servicio es una especie de negocio —aunque anualmente le deja al fisco pérdidas millonarias— la frase vierte incorrectamente el significado que en este caso tiene business. Parece que el hecho de que el sistema de correos se llame “Servicio Postal” no ha calado para nada en su ánimo, pues tienden a usar la voz “negocio” (y en algunos casos yerran igualmente traduciéndola con “comercio” y sus derivados).

Hagamos la pesquisa para descubrir por qué. ¿Lo adivinaron ustedes? Pues porque un alto funcionario de esa dependencia ha comentado que en vista de la amenaza terrorista, la cosa va a cambiar y ya no hará su business como de costumbre.

De ahí que los locutores hayan llegado a la conclusión de que se trata de un “negocio”. Eso sí, mal negocio con sentido doble. Sobre todo para el público hispano, que se habrá quedado perplejo con ese tipo de “negocio”. Y es que, como ya hemos dicho, no corresponde traducir palabras, sino conceptos. En este caso la frase do business, significa “implantar procedimientos”, “…manera de trabajar”, “…de hacer sus operaciones”, “…de cumplir sus funciones”.

De negocios, absolutamente nada.

Otro “mal negocio” es cuando traducen la declaración de algún alto funcionario en el sentido de que “podemos hacer negocios” con tal o cual país (we can do business with…). En tal caso do business significa “entendernos bien”, “ponernos de acuerdo”, “tener tratos o tratativas”, “cambiar impresiones”, “entrar en negociaciones”, etc., lo cual, eso sí, pudiera relacionarse con el intercambio comercial.

Más allá de todo ello está “mean business”, que tampoco tiene que ver con los negocios, sino con el concepto de “tomar en serio” el tema o asunto de que se trate. O sea, nada de jueguitos. Lo que nos recuerda “give them the business”, que en sentido irónico significa “darles duro”, “castigarlos” o “darles una lección”.

Igualmente, business puede ser equivalente de tienda o establecimiento (a place of business), de ventas (an increase in business), de ser cliente (we appreciate your business ), o incluso de responsabilidad u obligación (it’s our business to be careful).

Así llegamos por fin a “that’s none of your business”, que no tiene nada que ver —ya ustedes se habrán dado cuenta— con los “negocios” de nadie, sino, muy por el contrario, con la imputación de que “eso a usted no le incumbe”, “no es asunto suyo” o, más claramente, “¿a usted qué le importa?”

En el fondo, cabe tener en cuenta que la voz “negocio”, en su etimología, equivale a la “negación del ocio”. Lo cual implica que se entrega uno a alguna actividad u ocupación, que toma en serio las cosas, que las analiza y las estudia a fin de alcanzar el éxito profesional, comercial, intelectual, o de otra índole cualquiera.

Es el mismo y dinámico concepto que le da múltiples sentidos a business, pero ello no justifica irse por el fácil camino de usar invariablemente “negocio” como equivalente en la lengua nuestra.

Eso resulta, indiscutiblemente, ¡un malísimo negocio!