Ingreso en la ANLE de Alicia de Gregorio

La defensa de la niñez en la obra del escritor, periodista, político y activista español Vicente Blasco Ibáñez fue el tema de la disertación con que la hispanista Alicia de Gregorio ingresó en la ANLE como nueva académica de número.

En las obras de Blasco Ibáñez, “los niños, sujetos aparentemente secundarios en sus textos, desempeñan un papel clave en su denuncia”, afirmó la profesora de literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Wisconsin, en Whitewater. Blasco “presenta a los niños como esenciales junto a la mujer para la defensa y consolidación de las ideas. Los más jóvenes guardan la llave del futuro y del progreso”.

El director de la ANLE, Gerardo Piña-Rosales, dio la bienvenida al acto, celebrado el 28 de marzo en el Centro Español La Nacional, en Nueva York. “A estas alturas –dijo Piña-Rosales— todavía hay cierta crítica mostrenca y prejuiciada que apretende minusvalorar la obra de Blasco Ibáñez, a veces incluso apelando a razones extraliterarias”. La presentación de la nueva académica estuvo a cargo de la Dra. María José Luján y la contestación correspondió a la Dra. Nuria Morgado, ambas representantes de la ANLE. Una nutrida concurrencia se dio cita para escuchar el discurso de Alicia de Gregorio, titulado Infancia y adolescencia en el ciclo valenciano de Vicente Blasco Ibáñez: una voz en defensa del más débil”.

La disertante repitió las palabras de Blasco Ibáñez en un discurso de 1888 en el que este manifestó que “el porvenir de la humanidad, la suerte del progreso, esa finalidad sublime que hace tantos años viene persiguiendo el hombre, está en manos de esos seres débiles y graciosos, cada uno de los cuales es un enigma, pues lleva encerrado en sí el mañana indefinible”.

De Gregorio recordó que el siglo XIX, tras los cambios derivados de la Ilustración del siglo anterior y el fin del antiguo régimen ―fue un momento clave en la historia del colectivo infantil‖. Dentro de ese marco, afirmó, el foco de atención del escritor español “fue la educación de los trabajadores adultos, para los que solicitó y creó oportunidades de formación. Este interés por el trabajador hombre no obstó a que mujeres y niños pudieran beneficiarse de este trabajo de Blasco y sus seguidores de manera indirecta”.

“La piedad que los niños despiertan en el narrador contribuye a la denuncia social general de los textos y a la particular de la situación de la infancia en la Valencia de fines del siglo XIX, paralela a la de su situación en el resto de España en esta época”, agregó. “Por otra parte, por su influjo determinante en el desarrollo argumental y en la humanización de personajes adultos a los que extraen de su animalización naturalista, adquieren una relevancia que no puede sino poner énfasis en la defensa que Blasco realiza de ellos y de muchos otros niños, los miembros más débiles de su sociedad, en sus cuentos y novelas valencianos”.

En la tradicional contestación que responde al discurso de incorporación de un académico (en este caso académica), Nuria Morgado destacó que si bien Blasco Ibáñez defendió varias de las causas de la población obrera y puso especial énfasis en la necesidad de la educación para sus miembros, también “era consciente de la importancia de la educación en los niños”.

Vicente Blasco Ibáñez, que había recibido una educación absolutamente tradicional católica –agregó Morgado–, “estaba convencido de que la educación libre, es decir, también laica y moderna, como la educación que pretendía la Institución Libre de Enseñanza, no solo mejoraría las condiciones sociales de las clases humildes, sino que, como consecuencia, contribuiría a la salud de España en su conjunto”.

“Querida Alicia”, concluyó Morgado, “te doy la bienvenida a esta casa de la ANLE, donde estoy segura contribuirás con tu buen hacer a promover y fortalecer el patrimonio cultural hispánico en los Estados Unidos”.

En la presentación, María José Luján subrayó algunos de cargos profesionales que Alicia de Gregorio ha desempeñado y desempeña: es editora del Boletín informativo de la ANLE, y forma parte del consejo editorial de la Academia y de la Revista Baquiana; fue secretaria de ALDEEU (la Asociación de licenciados y doctores españoles en los EE UU). La nueva numeraria, concluyó Luján, “es un ser íntegro y, por encima de todo, una gran mujer”.