La página en español de la Casa Blanca recuperó la voz hispánica
En nuestro espacio En voz alta, destinado a un lugar para hacernos escuchar cuando tenemos algo que decir para invitar a la reflexión, hoy compartimos el pensar de Alister Ramírez Márquez, Secretario de la ANLE.
Por Alister Ramírez Márquez*
En el sitio oficial de la Casa Blanca es un alivio ver, de nuevo, la página en español, que había sido abolida a comienzos de la presidencia de Donald Trump. No solo se trata de reabrir en español el acceso a la información sobre el Gobierno de los Estados Unidos, sino que lo relevante es fijar en internet un símbolo cultural que define la vida de millones de hispanounidenses: la lengua española.
Ni más ni menos, la lengua española ha vuelto a su curso inexorable, el recorrido de todas las lenguas en proceso de evolución, como un río que busca la salida al mar. Sin duda, el uso cotidiano por parte de los hablantes impone la norma y la costumbre. No es un secreto que millones de hispanounidenses se comunican a diario en español, ya no solo en el ámbito familiar y coloquial, sino también en los espacios laborales, donde con anterioridad únicamente se usaba el inglés.
El hecho de reestablecer el español en la página oficial de la Casa Blanca demuestra un reconocimiento a la voz de millones de inmigrantes y ciudadanos de origen hispano que ya llevan varias generaciones residiendo en Norteamérica. A simple vista podría considerarse como la apertura de un espacio para una comunicación directa con los hispanohablantes y el Gobierno de los Estados Unidos, pero va más allá del simple intercambio de información en español o de traducción del inglés. Se trata, por ejemplo, de entender en español, quiénes son los funcionarios del gobierno, el gabinete, cuáles son sus funciones y obligaciones, las leyes que se promulgan y afectan el futuro y la vida de millones de inmigrantes hispanohablantes. Conocemos las caras y las biografías del presidente, de la vicepresidenta, del jefe del Departamento de Estado, de los comandantes militares, de los secretarios de las carteras, que en los países hispanohablantes equivaldría a ministros de gobierno, entre otros.
Como dato curioso, a Douglas Emhoff, esposo de la vicepresidenta Kamala Harris, se le llama “Segundo Caballero” (menos mal que no le llaman “el Segundo Damo”), lo cual es una novedad en los Estados Unidos. Otras naciones hispanohablantes ya han tenido caballeros, como en los casos de Argentina y Colombia.
Se menciona en la página en español de la Casa Blanca, y llama la atención, que en la biografía de la Dra. Biden, se subraye el hecho de que la Primera Dama trabaja y aboga por “los colegios comunitarios”, que en español, sería equivalente a las universidades comunitarias. Es importante aclarar que en la cultura académica universitaria de Hispanoamérica no existe esta modalidad de planteles educativos. Un colegio en español es una escuela secundaria, la preparatoria o el bachillerato. Pero los usuarios del español en los Estados Unidos hacemos un guiño y entendemos que la Dra. Biden labora en una universidad comunitaria, donde también estudian miles de hispanounidenses y grupos minoritarios.
El español de los Estados Unidos es rico, abundante, polifónico, tiene sus propias variantes y se acomoda a la voz del hablante, que en muchos casos tiene gran influencia del inglés. Los hispanounidenses nos reafirmamos en la lengua y es un bálsamo leer de nuevo la página en español en el sitio oficial de la Casa Blanca.
* Alister Ramírez Márquez es secretario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), donde es académico de número y miembro correspondiente de la Real Academia Española (RAE).