Para hacernos escuchar

Como parte de las distintas iniciativas que integran nuestra sección de Proyectos, hoy inauguramos En voz alta. El título cifra el sentido que queremos darle a este espacio, que no será un foro de debate, sino un lugar para hacernos escuchar. Y esto porque hablamos en voz alta cuando tenemos algo que decir e invitamos a otros al diálogo.

Foto: Gerardo Piña-Rosales

En esta segunda década del S. XXI, significativos cambios culturales largamente gestados desde mediados de la centuria pasada han exigido adecuada consideración y debate en los ámbitos académicos de todo el mundo. Entre ellos se cuenta el avance de las tecnologías de la información y la comunicación que permite el inmediato intercambio de ideas y productos a escala global, la visibilización y promoción de la diversidad, la urgente necesidad de arbitrar medios para proteger el medio ambiente, las migraciones masivas causadas por las guerras, los desastres ecológicos, la persecución política, y más recientemente, el estallido de la pandemia por COVID-19, que afectó a millones de personas, exigiendo soluciones urgentes para problemas relativos a la salud, la economía, la continuidad de la educación en sus diferentes niveles.

El lenguaje no es mero registro sino telar donde se urden estas transformaciones. No es casual que, en los últimos tiempos, las academias de la lengua española distribuidas en 23 países de cuatro continentes se hayan visto sumergidas en animados debates acerca de cuestiones como el lenguaje inclusivo, la enseñanza bilingüe, etc. Las discusiones sobre temas de esta índole entre los miembros de la ANLE suscitaron excelentes argumentaciones que circularon por correo electrónico. Así surgió hace dos meses la idea de abrir un espacio en nuestro cibersitio para la difusión de notas breves (ca. 500 palabras) donde los miembros numerarios y correspondientes de la ANLE expresen sus ideas acerca de los temas que nos conciernen como comunidad académica.

El título de esta sección de nuestro cibersitio, En voz alta, cifra el sentido que queremos darle a este espacio, que no será un foro de debate, sino un lugar para hacernos escuchar. Y esto porque hablamos en voz alta cuando tenemos algo que decir e invitamos a otros al diálogo. Cuando lo que nos preocupa no nos afecta solo personalmente sino como miembros activos de una comunidad. Cuando usamos la libertad de palabra en ejercicio del derecho inalienable a sostener opiniones propias, fundadas en razones, acerca de temas relevantes para la comunidad en que participamos. Será un espacio para reflexionar y compartir el pensamiento, para responder y suscitar nuevas preguntas, rescatar circunstancias, honrando con ello la vocación que nos inspira y une: contribuir a la defensa y difusión de la lengua y la cultura hispánica en el escenario de un país cuyo idioma predominante no es el español, y colaborar con las academias hermanas que integran la ASALE en la tarea común de fomentar la unidad y fortaleza de la lengua española en el mundo.

A raíz de los intercambios entre los miembros de la ANLE sobre la neutralización del castellano como lengua vehicular de la educación en la llamada ley Celaá, aprobada por la cámara de Diputados de España, inauguraremos esta nueva sección con la nota “La ley Celaá: una ley desintegradora”, de Priscilla Gac-Artigas. Y esperamos que nuestros colegas, miembros numerarios y colaboradores de la ANLE reciban con beneplácito esta sección y la consideren como propia.