El “baile” de lo “disponible”

Nos dicen las empresas comerciales, en sus mensajes telefónicos —por lo general impersonalmente grabados—, que sus «representantes están disponibles» para responder a preguntas. Lo siento, pero estoy INDISPUESTO a aceptar tanta “disponibilidad”, que es, por cierto, lastimosa imitación de “availability”.

En fin de cuentas, lo cierto es que los “agentes” (más breve y aceptable que la excesivamente formal y maratónica voz “representantes”) siempre están disponibles para algo, aunque sea lo suyo personal. ¿No?

Nada, una pieza que no pueden dejar de BAILAR. Su ritmo es tan contagioso que poco les falta para incurrir en el chiste bilingüe favorito de un colega que invariablemente me preguntaba: “¿Estás BAILABLE para tal cosa?”.

Pero más en serio, ¿qué tal si en lugar del falso amigo que nos brinda en bandeja de plata el available del inglés, se dijera que “nuestros agentes están a su disposición”; es decir, la de los clientes. O bien simplemente “nuestros agentes responderán con gusto a sus preguntas”, sin necesidad de aclarar que están “disponibles”, porque si no lo estuvieran, ¿cómo diablos evacuarían consultas? (Fíjense en el elemento de cortesía “con gusto” que generalmente omite el inglés.)

Luego nos dicen que los tales señores no pueden hablarnos porque “están ASISTIENDO a otros clientes”, lo cual es otro anglocalco, esta vez de assisting. Hombre, dirán algunos puristas rebuscando el catálogo del idioma, la tercera acepción de esta voz reza así: “acción de prestar socorro, favor o ayuda” ; así que si se estira un poco el concepto, pues da la medida. Pero si lo pensamos un poco veremos que conforme al uso corriente y moliente, “asistir” se emplea más bien para denotar socorro o auxilio, o ayuda física: por ejemplo, “el herido recibió asistencia médica”, “hizo falta asistir al discapacitado para subir las escaleras”.

En cambio, para el tipo de “ayuda” de trámite o de transacción que nos ocupa lo normal en español es ATENDER. Por ejemplo: “le atenderemos lo antes posible”. Por cierto que “espere en línea” (hold the line) corresponde más bien a “no cuelgue”, ya que según los datos de que DISPONGO (preferible a “disponibles”) los únicos seres capaces de “esperar en línea” sin perder el equilibrio son los gorriones y otros pajarillos menudos.

Pero para seguir en la “línea” de la “disponibilidad”, vamos a otro dudoso empleo del vocablo. Cuando dicen que un producto “está disponible” cualquiera se haría la ilusión de que lo regalan, que lo distribuyen gratis, ¿no? Porque de lo contrario, dirían que ya está en tiendas, que ya está a la venta, o bien “¡adquiéralo ya!”. Por cierto, fíjense en el “YA”, que no es lo mismo que “ahora”. Como el inglés prefiere now (y no already, que no se presta), los anuncios publicitarios lo imitan y, naturalmente, ponen “ahora haciendo caso omiso de nuestro clásico “YA”.

En muchos casos la “disponibilidad” se ha vuelto una rítmica muletilla que queda sobreentendida y por lo tanto viene a ser superflua. Por consiguiente, eso de que “nuestro producto está disponible llamando a tal número” es una circunlocución que se podría reducir tranquilamente a “haga su pedido al número tal”.

De más está decir, de paso, que al menos en las Américas, “orden” —pese a estar en otro “orden” de conceptos— prácticamente ha suplantado a nuestro término tradicional, que es “pedido”, sin duda por influencia del inglés y de su cognado “order”. Pero las múltiples acepciones de “orden”, que en la mayoría de los casos corresponden a las del inglés (colocación, concierto, serie, relación, mandato, agrupación religiosa, etc.) complican demasiado la cosa para un deslinde claro y terminante.

En fin que, respecto a “DISPONIBLE” quedamos LISTOS Y DISPUESTOS (no “disponibles”) para analizar el tema más a fondo, así como para ATENDER con todo gusto a los lectores que deseen intercambiar ideas al respecto. Así que quedamos a su entera DISPOSICIÓN. El “baile” no ha terminado.